Acabo de terminar de leer una novela de la que se han escrito buenas críticas, El rompimiento de Gloria, del Marqués de Tamarón, actual embajador español en Gran Bretaña. Me ha decepcionado; la pretendida novela pedagógica en defensa de lo reaccionario se queda en una trama aburrida que parece existir simplemente para enganchar anécdotas cultas —que si Terencio, que si Et in Arcadia ego—, todo demasiado evidente. Bueno, Sánchez Dragó la definió como la mejor novela en lengua castellana del año 2003.
Si os interesa, podéis leer el segundo capítulo de la novela.