La historia —no sé si real— de un enorme iceberg que atemorizó a los vecinos del puerto báltico de Lübeck en 1923 sirve de inspiración a Nicholas Kahn y Richard Selesnick para imaginar un nuevo Estado formado sobre el témpano de hielo, Eisbergfrestadt, a través de un juego de cartas que forman, unidas, un panorama. En la línea de The Apollo Prophecies.
Cortesía de Giornale Nuovo.