La canción de Johnny Appleseed. De entre las frutas de la cocina, escoges una manzana. Mientras la saboreas, piensas en porqué has escogido precisamente una manzana. Pero, ¿y si son las manzanas las que te han elegido tentándote desde el mercado? Estamos acostumbrados a considerar la fruta como otro objeto más, pero ¿por qué no considerarla como un sujeto que actúa siguiendo una inteligente estrategia evolutiva para satisfacer sus propios intereses? De eso va La botánica del deseo, que estoy empezando a leer1.
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Edición bonita de Navarrorum Tabula: en el colofón hasta se da cuenta de la tipografía usada, Bembo; lástima que el papel sea tan blanco. ↩