Liliputia, USA

No me canso de recomendar la lectura de Delirio de Nueva York, de Rem Koolhaas(Office for Metropolitan Architecture). Leo y releo las descripciones de las atracciones de Dreamland, Coney Island: el Salón de Baile, la Caí­da de Pompeya, Paseo en Submarino, el Edificio Incubadora, El Fin del Mundo, el Circo, La Creación, Vuelo sobre Manhattan, Los Canales de Venecia, La Travesí­a de Suiza, La Lucha contra las Llamas, La Casa de Té Japonesa, El Ferrocarril Pí­dola, La Torre del Faro, Liliputia…

El faro de Dreamland, Coney Island

Liliputia era la ciudad enana de Dreamland. Hacia 1906, trescientos enanos que trabajaban como atracciones en ferias de toda Norteamérica recibieron una invitación para establecer en Coney Island una comunidad experimental permanente: tení­an su propio parlamento, su propia playa, su propio socorrista enano y bomberos que atendí­an cada hora una —falsa— alarma. Todo sea por el entretenimiento.

Dentro de los muros de la capital enana, las leyes de la moralidad convencional son sistemáticamente desatendidas, un hecho que se anuncia para atraer a los visitantes. La promiscuidad, la homosexualidad, la ninfomaní­a y cosas por el estilo se fomentan y se exhiben ostentosamente: los matrimonios fracasan casi tan pronto como se celebran, y el 80% de los recién nacidos son ilegí­timos. Para aumentar el escalofrí­o producido por esta anarquí­a organizada, a los enanos se les colma de tí­tulos aristocráticos, poniendo de relieve la distancia entre la conducta esperada y la real. Rem Koolhaas, Delirio de Nueva York