Ayer vi Minority Report. Dejando al margen las paradojas espacio-temporales y las preguntas sobre el futuro de las libertades individuales en la sociedad que viene, me ha llamado mucho la atención la omnipresencia de las pantallas a lo largo de toda la película… pantallas-periódico, pantallas-publicicidad, etc…
Es curioso, pero las pantallas se han convertido en la forma más importante de acceso a todo tipo de información. Las utilizamos para leer el periódico, ver películas, comunicarnos con otras personas y, lo más importante, para trabajar. Podríamos debatir si nuestra sociedad es una sociedad de espectáculo o de simulación, pero de lo que no cabe duda es que es una sociedad de la pantalla.
¿Vamos hacia la desaparición de la pantalla?
La cultura visual de la época moderna se caracteriza, desde la pintura hasta el cine, por un fenómeno intrigante: la existencia de otro espacio virtual, otro mundo tridimensional encerrado en un marco y situado dentro de nuestro espacio físico normal. Ese marco separa dos espacios absolutamente diferentes que, sin embargo, coexisten. Este fenómeno es lo que define la pantalla en su concepto clásico.
¿Cuáles son las propiedades clásicas de la pantalla? Es una superficie plana y rectangular. Existe en el espacio normal, el espacio de nuestro cuerpo y actúa como una ventana hacia otro espacio. El otro espacio, el espacio de la representación, tiene normalmente una escala diferente de la escala de nuestro espacio físico.
Poussin, Et in Arcadio Ego, 1640
Definida de esta manera, la pantalla describe igualmente bien una pintura del Renacimiento que un monitor de ordenador moderno. Sus proporciones no han cambiado en cinco siglos; son similares para una típica pintura del siglo XV, una pantalla de cine o un monitor de ordenador. A este respecto, no parece accidental los nombres escogidos para designar los dos tipos principales de monitores: los de formato horizontal son conocidos como landscape mode y los de formato vertical, portrait mode.
With everything enclosed in a frame of aluminium, it’s not difficult to see the link between BeoVision 5 and the world of paintings. The challenge for us was to ensure the best sound and picture experience possible without compromising on placement options. That’s why BeoVision 5 can be hung anywhere on a wall or placed at an angle on a specially designed range of floor stands. (Texto publicitario de Bang Olufsen )
Hace cien años, un nuevo tipo de pantalla, que podemos denominar pantalla dinámica, se hizo popular. Este nuevo tipo de pantalla tiene todas las características de la pantalla clásica, además de una nueva característica: podía mostrar una imagen cambiante en el tiempo. ésta es la pantalla del cine, la televisión o el vídeo. La pantalla dinámica trae consigo una determinada relación entre la imagen y el espectador. Esta relación ya estaba implícita en la pantalla clásica, pero ahora se hace evidente: aunque la pantalla es únicamente una ventana de dimensiones limitadas situada dentro de nuestro mundo físico, el espectador se concentra completamente en lo que se ve sobre esa ventana, centrando su atención sobre la representación y olvidando el espacio físico exterior. Este sistema de visión es posible por el hecho de que una imagen, ya sea una pintura, una película o un programa de televisión, llena completamente la pantalla.
Lejos de ser un medio neutral de presentación de la información, la pantalla es agresiva. Su función es filtrar y convertir en no existente lo que se encuentre fuera de ese marco. La graduación de este filtrado varía del cine a la televisión; en el cine, el espectador se sumerge completamente dentro del espacio de la pantalla; en la televisión, la pantalla es más pequeña, las luces están encendidas, la conversación entre los espectadores está permitida y el acto de observación está integrado en otras actividades diarias.
Esta situación ha cambiado con la llegada de la pantalla de ordenador. Lejos de mostrar una única imagen, una pantalla de ordenador muestra un número variable de ventanas coexistentes. La existencia de un número de ventanas superpuestas es uno de los principios fundamentales de la moderna interfaz gráfica de usuario. Ningún ventana individual domina completamente la atención del espectador. En este sentido, la posibilidad de observar simultáneamente varias imágenes que coexisten en una misma pantalla puede ser comparada con el fenómeno del zapping. En ambos ejemplos, el espectador es incapaz de concentrarse en una sola imagen.
En 1966, Ivan Sutherland y sus colegas empiezan a investigar sobre prototipos de Realidad Virtual (bajo el patrocinio de la ARPA (Advanced Research Projects Agency) y la Office of Naval Research). El objetivo era encontrar una simulación de entorno interactivo tridimensional sin pantalla: los artefactos de VR se colocan en la cabeza y sus imágenes llenan completamente el campo visual del observador. Podemos decir, entonces, que el espacio físico y el virtual —simulado— coinciden. La pantalla ha desaparecido.