Empiezo el año con un estado de ánimo a lo Oblómov: leo la Guía del observador de nubes que me regalaron —muy entretenida— y veo el cielo cubierto de nimboestratros, ¿o serán cumulonimbos? Desde aquí no se sabe muy bien.
Las ilustraciónes que recupera Agence Eureka, siempre buenas.