Vi hace unos días 300. No me interesa mucho su estética, ni me preocupa su fidelidad con la historia (no creo que Heródoto sea una fuente especialmente fiable; me da que esa Esparta nunca existió, salvo en los sueños de los atenienses preocupados por las inseguridades democráticas). Me hizo más gracia leer las variadas interpretaciones sobre la película. Žižek, acostumbrado a las piruetas, ofrece la suya: una visión positiva de Esparta —como parece que también la tenía Robespierre, con la disciplina y el sacrificio como valores a recuperar frente al paraíso multicultural y hedonista de Jerjes, que él identifica con los Estados Unidos. Seguro que no se va a ganar muchos amigos.
True freedom is not a freedom of choice made from a safe distance, like choosing between a strawberry cake or a chocolate cake.
Slavoj Žižek, In Defense of Lost Causes.